Se cumplirán 30 años desde que el país perdió un medio de transporte estratégico

Cada situación ha marcado profundamente a los ferroviarios, rememorar lo vivido en el pasado conducirá a no repetir decisiones que perjudiquen nuevamente al sistema.

21/04/2022
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Ferrocarril Pexels

El pasado 10 de marzo de 1993, nuestro querido país dejaba de tener servicios ferroviarios de pasajeros comunicando diariamente nuestras provincias con la Capital Federal. Y a lo largo de estos 29 años, para un sector político continua la misma percepción  que el sistema sigue siendo un gasto y no una inversión que repercute directamente en las economías regionales y por ende en la nacional. 

Si uno se sitúa a fines de los 90,  desde los medios de prensa y del poder político a cargo se afirmaba día tras día que el estado perdía sumas millonarias por tener funcionando el sistema ferroviario. Fue así como en agosto de 1989, durante la presidencia de Carlos Menem, se promulga la Ley 23.696 de Reforma del Estado, que posibilita la intervención y privatización de las empresas públicas. Posteriormente, el decreto 666/89 daba cumplimiento a la ley anteriormente mencionada, entregando en concesión a los ferrocarriles. En este punto, destacamos la palabra concesión, resultado de la gran labor del diputado nacional Lorenzo Pepe, que con su lucha pudo cambiar privatización por concesión. De otro modo, los bienes inmuebles, equipamiento y material rodante hubiesen sido vendidos y el estado no podría haberse hecho cargo nunca más del sistema ferroviario.

Si uno habla de decretos relacionados al sector ferroviario, todos coinciden que el más destructivo fue el 1168/92, que ordenaba una abrupta disminución de dichos servicios a partir del 31 de julio de 1992, si bien el 15 de diciembre se firma el decreto 2388/92, que prorroga el fin de los servicios hasta el 10 de marzo de 1993. 

Cada situación ha marcado profundamente a los ferroviarios, rememorar lo vivido en el pasado conducirá a no repetir decisiones que perjudiquen nuevamente al sistema. La importancia de “Memoria para Recordar” es el mensaje que reafirmó Omar Maturano, Secretario General del Sindicato La Fraternidad en el último congreso “Latin Rieles”, al señalar las circunstancias transcurridas durante  la década del 90. 

Memoria para recordar que el propio decreto 1168/92 decía en uno de sus considerandos que de los análisis de demanda efectuados, resulta que la oferta de servicios de transporte ferroviario puede ser reemplazado por el autotransporte de pasajeros mediante la incorporación de nuevas unidades y la redistribución de las existentes…” 

Memoria para recordar que más de 300 pueblos desaparecieron luego del corte de los servicios ferroviarios de larga distancia e interregionales.

Memoria para recordar que este proceso dejó más de 75.000 trabajadores ferroviarios fuera de ferrocarril.

Memoria para recordar que mientras en 1947, la red ferroviaria total era de 47.000 kilómetros de longitud, quedó reducida a solo 18.000 kilómetros operativos, de los cuales unos 4.000 fueron para pasajeros y el resto para cargas.

Hoy más que nunca tenemos que hacer valer la frase de Sergio Sasia, Secretario de la Unión Ferroviaria, sobre que es “La Hora del Ferrocarril” y si la perdemos, no tendremos la posibilidad de que haya una decisión política clara y concreta para la recuperación de los servicios de larga distancia y regionales. Con la respectiva incorporación de nuevo material rodante, nueva tecnología, mayor inversión y permanente capacitación del personal ferroviario.

Es un desafío para todos los que integramos el sistema ferroviario, dejar de lado si está presente el sector estatal, el privado o ambos; la única forma de recobrar lo perdido es trabajar día a día en la recuperación de nuestro querido ferrocarril. Especialmente que todo lo transitado sirva para no permitir que ningún gobierno, político u organismo internacional nos diga que “'ramal que para, ramal que cierra”, llevando a consecuencias económicas, políticas, sociales y culturales.

Si se sigue trabajando codo a codo y articuladamente desde el gobierno nacional, provincial y municipal, junto a sindicatos y empresas, se logrará finalmente que “El Ferrocarril sea el actor principal de nuestra economía y crecimiento”.

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